Marco Cesário – Brasil

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[:pb]Uma história comum: descobrindo a hepatite C

Marco Cesário, funcionário público, nunca poderia suspeitar que após doar sangue em 1994, receberia uma carta do hospital informando que seu sangue estava contaminado com hepatite C.

A experiência dele não é incomum e nunca teria descoberto se não fosse a doação de sangue. O seu médico, na época, disse para ele não se preocupar, pois ele não apresentava os sintomas característicos de uma hepatite. O resultado do teste deveria ter sido provocado pela presença de anticorpos.

Passados 4 anos, em uma reunião social encontrou um médico hepatologista e comentou o caso, e foi convidado a fazer uma serie de exames de função hepática no Hospital da UFRJ.

Os resultados dos exames indicaram uma alta taxa de vírus circulando no sangue e um dano hepático com fibrose já formada no fígado, evidenciando um rápido avanço para uma cirrose.

O diagnóstico equivocado do primário médico ainda é muito freqüente entre os profissionais de saúde, já que a grande maioria ainda desconhece a hepatite C. Formados antes do descobrimento da doença, não sabem diagnosticá-la nem tem suas suspeitas levantadas por alguns poucos sintomas relacionados ao estado físico do paciente que a mesma pode causar (a hepatite C é assintomática).

Durante estes anos, Marco Cesário continuou com a sua rotina normal de vida, bebendo a suas cervejas diariamente o que seguramente acelerou o seu dano hepático. Como a maioria dos portadores, ele nunca sentiu nenhum sintoma ou mal-estar.

Após 18 meses de tratamento com uma combinação de 2 medicamentos, o Interferon e a Ribavirina, M.C. conseguiu negativar o vírus na circulação sangüínea e, atualmente, realiza testes periódicos para monitorar uma eventual recidiva.

Durante o tratamento sofreu graves efeitos colaterais, com um quadro de grande cansaço semelhante a um forte estado febril, perdeu parte dos cabelos e, por falta de apetite, perdeu 12 quilos.

O custo do tratamento esgotou toda a sua poupança e o produto da venda de um pequeno imóvel, pois eram necessários R$1.600,00 por mês para a compra dos medicamentos.

Da mesma forma que Marco Cesário, a maioria dos brasileiros continua desconhecendo a hepatite C, e o principal culpado disto é o Governo que não realiza campanhas preventivas.

De certa forma o Governo tem medo, pois após 1992 ele deveria ter realizado um controle estrito dos bancos de sangue, o qual foi neglicenciado até recentemente. Qualquer um dos infectados após 1992 por ter recebido sangue ou derivados contaminados poderá processar o Governo e solicitar indenizações.

Foi comum nos bancos de sangue a prática de não realizar exames a cada doação mas juntar pequenas porções de várias amostras para realizar um único teste. Se negativo, liberavam-se todos os lotes. Mas em algums casos, a amostra podia ficar tão diluída que o resultado final era mascarado . Isto aconteceu, ainda neste ano, no Instituto de Hemoderivados de Pernambuco, em escândalo amplamente noticiado.

Hoje no Brasil estima-se em 3% a população infetada, ou seja, mais de 4.5 milhões d pessoas. Isto representa 4 vezes mais infetados com hepatite C que com AIDS.

Verifica-se que os casos de mortes por AIDS estão caindo e os casos de mortes por hepatite C estão subindo rapidamente, pois a maioria dos infetados nos últimos anos encontra-se na faixa dos 40 à 50 anos (a maioria contaminados nas décadas de 70 e 80) e à probabilidade de contrair cirroses ou câncer de fígado para 20 a 25 dentre cada 100 contaminados, 20 ou 30 anos após o contagio inicial.

Os governos europeus e dos Estados Unidos estão muito preocupados com o problema da hepatite C. O único tratamento disponível só produz resultados positivos em 30% dos portadores e não existe a curto ou médio prazo a esperança da descoberta uma vacina, devido a transformação permanente do vírus.

Carlos Varaldo
www.hepato.com
hepato@hepato.com


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O Grupo Otimismo é afiliado da AIGA – ALIANÇA INDEPENDENTE DOS GRUPOS DE APOIO[:es]Marco Cesário, empleado público, nunca podría haber sospechado que después de donar sangre en 1994, recibiría una carta del hospital informando que su sangre estaba contaminado con hepatitis C.

La experiencia de Marco no es incomun y nunca tendría descubierto la enfermedad si no fuese la donación de sangre.

Su médico, en la época, dice para el no se preocupar con esto, pues el no presentaba los síntomas característicos de una hepatitis, así el resultado positivo debería ser el resultado de la presencia de anticuerpos en su sangre.

Pasados 4 años, en una reunión social encontró un médico Hepatologista y comento su caso, siendo entonces convidado a hacer una serie de testes de función hepática en un hospital especializado.

Los resultados de los exámenes indicaron una alta tasa de Virus circulando en su sangre y un daño hepático con fibrosis formada en el hígado, evidenciando un rápido avanzo para una cirrosis.

El diagnostico equivocado del primer médico todavía es fácil de acontecer entre los profesionales de salud, ya que la gran mayoría todavía desconocen la hepatitis C. Formados antes del descubrimiento de la enfermedad no saben diagnosticarla o sospechar de algunos pocos síntomas relacionados al estado físico del paciente (la hepatitis C es asintomática) que la misma puede causar.

Durante estés años, Marco Cesário continuo con su rutina normal de vida, bebiendo sus cervezas diariamente, lo que seguramente acelero su daño hepático. Al igual que la mayoría de los portadores el nunca sintió ningún síntoma o malestar.

Después de 18 meses de tratamiento con una combinación de 2 medicamentos, el Interferon y la Ribavirina, Marco Cesário consiguió negativar el Virus en la circulación sanguínea y actualmente realiza testes periódicos para observar si el virus no vuelve a atacar.

Durante el tratamiento paso por graves efectos colaterales presentando un cuadro de grande cansancio parecido a un fuerte estado febril, perdió parte de los cabellos y por falta de apetito perdió 12 kilogramos.

El costo del tratamiento en Brasil acabo con todos sus ahorros y vendió un pequeño inmueble, pues eran necesarios 1.000,00 dólares por mes para la compra de los medicamentos.

Al igual que Marco Cesário, la mayoría de los infectados continua desconociendo que está enfermo con la hepatitis C, y el principal culpado son los Gobiernos que no realizan campañas preventivas.

En cierta forma los Gobiernos tienen miedo, pues después de 1992 tendrían que haber realizado un control estricto de los bancos de sangre, el cual fue negligenciado hasta recientemente, así todos los contaminados después de 1992, por haber recibido sangre o derivados contaminados podaren procesar Gobierno y solicitar indemnizaciones por esto.

Fue común en los bancos de sangre no realizar testes a cada donación y si juntar pequeñas porciones de varias muestras y realizar un único teste, el cual si daba negativo liberaba todos los lotes. En algunos casos la muestra quedaba tan diluida que masacraba el resultado final.

Hoy en el mundo se estima entre 2 y 3% la población infectada, o sea, mas de 300 millones, esto representa 4 veces mas infectados con hepatitis C que con SIDA.

Se verifica que los casos de muertes por SIDA están disminuyendo y los casos de muertes por hepatitis C están subiendo rápidamente, pues la mayoría de los infectados en los últimos años se encuentra en la faja de los 40 a 50 anos, la mayoría contaminados en las décadas de 70 y 80, y la posibilidad de contraer cirrosis o cáncer de hígado es de 20 a 25 personas en cada 100 contaminados, al cabo de 20 o 30 años después del contagio inicial.

El único tratamiento disponible solo da resultado positivo en 30% de los portadores y no existe a corto o medio plazo la esperanza de ser descubierta una vacuna debido a la transformación permanente del Virus. Así la mejor terapia actual es la divulgación de campañas preventivas. Tentando iniciar un trabajo de presión a los Gobiernos y de divulgar la enfermedad, en un trabajo similar al hecho por los portadores de SIDA, debemos formar Grupos de Apoyo.

Los gobiernos Europeos y el de Estados Unidos están muy preocupados con el problema de la hepatitis C.

Carlos Varaldo
www.hepato.com
hepato@hepato.com 


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